lunes, 9 de enero de 2012

EL POSIBLE ORIGEN DE LA RELIGIÓN...

Cuando Carlos Marx a mediados del siglo XIX planteo una de sus más celebres citas sobre que “la religión es el Opio de los pueblos”, seguramente lo hizo refiriéndose al papel que ésta ha desempeñado durante buena parte de su larga vida. Si bien es cierto este enfoque es meramente ideológico y no deja lugar a dudas sobre la visión parcializada con la que lo hacía.

Y es que la religión en manos de los grupos dominantes se convirtió en gran medida e independientemente la cultura o la región geográfica de que se trate, en un instrumento que permitió justificar el orden existente, y en gran medida justificar la relación de desigualdad clasista dentro de las sociedades.

Sin embargo, los orígenes de la religión no tienen relación con la idea de justificar el orden existente. Todo lo contrario, los orígenes los vamos encontrar en alguna medida en la intensión de los primeros humanos por encontrar una explicación a fenómenos sobrenaturales y por supuesto en la búsqueda de la explicación sobre el destino de aquellos que fallecían. Es decir, la búsqueda de respuestas a lo que pasaba después de la muerte.

Desde el punto de vista general el concepto de religión ha sido definido por una variedad de pensadores de diferentes disciplinas y de acuerdo al interés que cada uno tiene por potenciar el enfoque que sustenta.

Una de la definiciones antropológicas sobre la religión es el planteado por A. Wallace, quien define la religión como “una creencia y ritual relacionados con seres, poderes y fuerzas sobrenaturales”[1], con lo cual establece en primer lugar el concepto de “creencia” hacia un mundo fuera de lo natural, una especie de reino o lugar extraordinario que se encuentra fuera de la realidad, de lo que vemos. En segundo lugar Wallace habla de “rituales” como una forma de prácticas que se desarrollan en el marco del ejercicio religioso. Estas prácticas buscan reflejar la necesidad que tienen los creyentes en tener asegurada una vida después de ésta como mecanismo para mantener la vida de manera eterna.

Si se concibe la religión como una práctica que permite aspirar a manipular las fuerzas sobrenaturales, es decir las fuerzas del más allá, aquellas fuerzas que no son observables pero que se reconoce el enorme poder que concentran, se buscara que cada uno de los rituales que se practican exprese la armonía con esas fuerzas independientemente la cultura que lo haga.

En este sentido, se plantea otra de las características importantes de la religión cual es la universalidad cultural que la misma tiene. De hecho no existe ninguna cultura, en cualquier área geográfica de que se trate que no haya o tenga una religión. Lo cual no necesariamente implica la creencia en un mismo dios en cada cultura, pues cada una tiene aptitudes, prácticas y visiones diferentes sobre el medio natural y hasta “sobrenatural” que cada cultura concibe.

Cada sociedad a lo largo de la historia humana ha poseído creencias que se pueden integrar bajo el término de religión. Comparativamente estas creencias pueden ser vistas como normales dentro de una cultura determinada, pues de manera milenaria la práctica, pero por parte de otras culturas pueden hasta ser vistas como tabú. Claro está que las creencias pueden ser diversas y variar de una cultura a otra y de un momento histórico determinado a otro.


La evidencia más fuerte sobre el origen de la religión se ha encontrado a partir de los estudios arqueológicos y antropológicos de los enterramientos neandertales. Los estudios confirman que los neandertales fueron los primeros humanos que enterraban a sus muertos, adornándolos con una serie de atuendos que sugieren la realización de rituales a la hora de enterrarlos.

De hecho las características de los objetos que se colocaban en orden (flores, collares, artículos para cazar y otros) y en armonía con la posición del cadáver sugiere la creencia de que la persona muerta pasaría a otra vida donde seguramente necesitaría de esos objetos. Se han encontrado incluso casos de enterramientos donde junto a los objetos mencionados también incluyeron comida y agua, con el propósito que al fallecido no le faltara en su viaje hacia el más allá.

La práctica en si sugiere la preocupación temprana que el hombre tenía por su destino después de la muerte y por esa razón a lo largo de su desarrollo estructuro diversas formas rituales que varían de una cultura a otra.

Antropológicamente se estructuran diversas corrientes teóricas sobre el origen mismo de la religión. Una de ellas es el Animismo, que viene del término latino de Alma postulada por el antropólogo inglés, Edward Tylor que plantea que el origen de la religión se encuentra en el estado de intriga que tenían los primeros humanos sobre la muerte, los sueños y el trance.

Tylor sugiere que los primeros hombres creían que el cuerpo humano se encontraba integrado por dos componentes uno de los cuales se activaba de día y el otro por la noche; este último se manifestaba en los sueños, como una especie de “alma abandonando el cuerpo”.

Este proceso de desarrollo de la religión según Tylor evoluciono pasando por etapas., empezando por el animismo, pero que en esencia el origen está en la necesidad de explicar cosas que la gente no entendía.

Otra teoría y que es contraria a la de Tylor es la del Animatismo. Esta teoría sugiere que el origen de la religión estaba en la idea de los primero humanos que los fenómenos sobrenaturales se podían considerar como una forma de poder personal atribuido de manera exclusiva a ciertas personas destacadas dentro del grupo social. Este poder podía obtenerlo ya sea porque nacía con él, o como factor de suerte.



[1] A. Wallace 1966. Pág. 5

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