sábado, 29 de noviembre de 2008

ANTROPOLOGIA

EL ENIGMA DE LA ESFINGE
Un comentario al libro de Juan Luis Arzuaga

"La esfinge, con sus enrevesados cantos,
nos inducía a pensar en lo que teníamos ante los pies,
dejando de lado lo oscuro"
Sófocles, Edipo rey


Hace un par de días termine de leer el excelente libro de Juan Luis Arzuaga, titulado “El Enigma de la esfinge”. Es el segundo libro que leo de este Paleoantropologo español. Ya había leído antes el collar del Neardental y ambos ensayos me parecen fascinantes.
Hoy pretendo hablar del libro al que hace referencia el titulo de este comentario.
Es un libro que destaca desde el punto de vista histórico las diferentes corrientes evolucionistas que han existido desde que Charles Darwin presenta su ensayo sobre la evolución de las especies a mediados del siglo XIX. Es de hacer notar que antes de Darwin otros ya habían planteado tesis similares, pero fue Darwin el que lo planteo de mejor manera, mas solida y clara.
Las corrientes a las que hace referencia Arzuaga son evolucionistas, pero vistas entre si y comparadas entre ellas hay algunas que tienen sus variantes. Es posible poder agruparlas entre aquellas que le dan mayor énfasis al curso de la evolución y las que buscan ante todo, establecer las causas de la evolución. Entre estos últimos se encuentran algunos que combinan una visión creacionista con una evolucionista. Es decir, Dios creo al ser humano y a partir de ahí, éste inició su proceso evolutivo.
El curso de la evolución es la historia de la vida, el caudaloso río que nos lleva a través del tiempo al descubrimiento de nuestros orígenes: El origen del género humano. Y en este caudaloso río se busca la respuesta a grandes interrogantes que han acompañado al homo sapiens sapiens a lo largo de su existencia: ¿Cómo estamos aquí los seres humanos? .
Del curso de la evolución humana es de lo que habitualmente hablan y escriben los paleoantropologos. Estos se ocupan del origen del hombre, un tema de preocupación constante a lo largo de toda la historia del pensamiento y que no solamente interesa a los intelectuales, sino a la sociedad entera. Sobre todo a partir que, y para buena noticia de las mentes inquietas, el problema de la evolución humana no quedo definitivamente resuelto cuando Darwin publico en 1859 el origen de las especies.
Todavía continúan los debates, hoy mas apasionados que nunca. Pero a esta altura nadie o casi nadie pone en duda el origen evolutivo de las especies, hoy se investiga sobre como se produce la evolución. La gran pregunta ahora es como se produce la evolución no quien la produce.
El libro está estructurado en una serie de capítulos o bloques. El primero de ellos se denomina “de Darwin al neodarwinismo” y analiza los principales debates sobre la teoría de la evolución después de las publicaciones de Darwin. A partir del segundo capitulo los contenidos son mas relacionados al debate actual sobre este interesante tema.
Mucha gente cree que la teoría de la evolución fue descubierta por Darwin hace mucho tiempo. Pero en realidad, ya antes otros se habían acercado al tema. Es curioso que la palabra “evolución” de acuerdo a lo que dice Arzuaga, solamente aparece una sola vez y al final de la primera edición de “el origen de las especies”; algo similar a Maquiavelo con su supuesta cita “el fin justifica los medios”.
Independientemente de lo anterior, la idea popular de la teoría de la evolución se resume en que “el hombre viene del mono”, e inmediatamente aparece en la mente un mono en el zoológico y surge la pregunta de por que ese que está enjaulado no ha evolucionado. Esto es así a pesar que Darwin nunca planteo esa afirmación.
El libro de Arzuaga me parece muy interesante pues abona al debate antropologico que seguirá haciendo avanzar el estudio y el análisis. A fin de cuentas nos conforta que la ciencia se nutre y avanza en la medida tiene mas preguntas que plantearse, incluso avanza mucho mas que cuando encuentra las respuestas.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Historia


Cristóbal Colón y la expansión del mercado
La palabra descubrimiento, usada para referirse a la llegada de los barcos españoles a nuestras tierras, encierra una manera europea de ver la realidad y es una especie de coloniaje postcolonial.
Vistas las cosas desde Europa resulta cierto que ellos descubrieron; pero vistas las cosas con nuestros ojos es igualmente cierto que nosotros no estábamos para ser descubiertos, porque los pueblos dueños de estas tierras constituían civilizaciones y culturas con su propia energía y expresiones que funcionaban, de manera diferente a las europeas de ese momento.
España recién había derrotado a los árabes que durante ochocientos años habían poseído buena parte del sur de la Península Ibérica, los reyes católicos Alfonso de Aragón e Isabel de Castilla además de expulsar a los árabes también lanzaron de la península a la población judía llamada Sefardita y se encontraron, de repente, con la realidad de ser una potencia a las puertas de un momento de expansión y de búsqueda de nuevos mercados.
Las élites intelectuales conocían que el planeta era redondo y España junto con Portugal tenía flotas navales muy importantes; pero la Corona no contaba con los fondos necesarios para financiar empresas grandes y mercantiles.
Así las cosas, la búsqueda de nuevos mercados suponía rutas nuevas que llevaran la mercancía hacia el oriente del planeta.
Se buscaba La India porque allí estaba la canela, la seda, la mostaza, la nuez moscada y las maravillas del mundo.
El genovés Cristóbal Colón era una mezcla de aventurero, comerciante e intelectual y era, en suma, el adecuado para la aventura de llegar al este desde el oeste. El viaje fue una empresa privada y cada barco de madera llevaba al mundo a una España feudal, con naturaleza devastada, de mentalidad católica y dueña de una Inquisición sangrienta.
Al tocar tierra en las Bahamas la empresa muestra su verdadera naturaleza de invasión porque se trató siempre de un imperio que se apropia de las tierras que encontró y las convierte en propiedad de su rey, esto que era un pillaje total se vuelve un acto jurídico por voluntad de la corona española y puestas las cosas así esta invasión se convierte, al mismo tiempo, en un choque sangriento de culturas diferentes.
El derecho, la lengua y la religión junto con la espada, el cañón y el miedo fueron las armas que usó España para establecer su dominio, y por cierto es lo que usan todos los imperios para consolidarse.
San Salvador le llamó Colón al primer punto que tocó en estas tierras y esto tiene que ver con la batalla de Belgrado (Capital de Serbia), lugar en donde en 1447 fue derrotado el ejército turco que avanzaba hacia Europa, Calixto III que era Papa en Roma dijo que en Belgrado se había salvado el mundo y tres años después de esta batalla dispuso que se construyeran iglesias en honor al Divino Salvador del Mundo.
Aparecieron templos dedicados al salvador y aún hoy se pueden encontrar y por eso, cincuenta años después Colón llamó San Salvador a las primeras tierras que invadía y en 1524 Jorge Alvarado, hermano de Pedro Alvarado, Adelantado de Guatemala, llamó San Salvador a una ciudad que fundó la columna invasora que el comandaba y, más adelante, en 1915 mediante un decreto de cinco artículos, se establece que el nombre de nuestro país era El Salvador y no San Salvador como era conocida.
De modo que la salvadoreñidad tiene que ser buscada en las callejuelas de una ciudad llamada Belgrado en el corazón de los Balcanes y no en las florestas de Cuscatlán.
España recién salía de la guerra contra los moros, con armas poderosas y tácticas militares modernas y su dominio fue logrado a través de victorias militares, verdaderamente espectaculares, juego político habilidoso y aniquilamiento del enemigo y de la población.
La victoria de Hernán Cortés contra los aztecas es una hazaña que impresionará siempre porque mezcla la religión, la política del imperio Azteca, la ausencia de una nación y la intrépida locura de un pequeño grupo de invasores dispuestos a todo.
Años después, Pizarro haría algo parecido destruyendo el poderoso imperio Inca y en lo que sería la Capitanía General de Guatemala, Pedro de Alvarado sometería a los pueblos mayas, quichés, tzutuiles, cachiqueles y otros.
Europa, al saquear el continente estableció las bases para el desarrollo del Capitalismo que después llegaría a ser planetario, esto que es la acumulación originaria pone a los Europeos en la condición de nuestros deudores y al continente americano en la calidad de acreedores, por supuesto que este saqueo no se basó solamente en minerales y piedras preciosas porque abarcó la cultura, los recursos naturales, semillas, plantas y todo lo imaginablemente de valor que existía.
Es sorprendente, sin embargo, que después de más de quinientos años Europa siga gravitando poderosamente en la mente del ser humano contemporáneo y que en sociedades como la nuestra se rinda homenaje al que te destruyó la vida y la posibilidad de un desarrollo independiente, es alucinante la figura del día de la raza, y que se hable de encuentro de culturas, ignorando invasiones sangrientas y genocidios; sigue siendo provocador que se hable de herencias culturales cuando se prohibió el idioma propio a estos pueblos para imponer el castellano, por eso, en nombre de la construcción de una identidad propia resulta impostergable mirar las cosas de hoy y de ayer con los propios ojos y no con los ojos extranjeros.